¿Qué pasa si las plantas de tomate reciben demasiado sol?
Los tomates de jardín saludables requieren entre seis y ocho horas de luz solar diariamente para crecer y producir bien. La luz solar intensa, especialmente en climas cálidos o en plantas que ya experimentan estrés, puede causar algunos problemas. Permanecer atento a los signos de estrés por el sol y el calor y tratar el problema con prontitud puede mantener sus tomates productivos.
Estrés hídrico
Demasiado sol puede hacer que el suelo pierda agua rápidamente por evaporación, incluso si las temperaturas no son demasiado altas. El follaje de la planta comienza a marchitarse y la fruta puede dejar de formarse o caerse de la planta. El estrés hídrico también puede conducir a la pudrición del extremo de la flor, donde los fondos de las frutas del tomate se decoloran y se hunden. Aplicar una capa de 2 pulgadas de mantillo de paja puede ayudar a ralentizar la evaporación y prevenir el estrés hídrico. El riego regular que mantiene húmedas las 6 pulgadas superiores del suelo también ayuda a prevenir problemas de agua. Riegue profundamente y aplique 1 a 2 pulgadas de agua en cada riego. Los tomates generalmente solo necesitan riego una o dos veces por semana.
Sunscald
Algunas variedades de tomate son más propensas a las quemaduras solares que otras. Aquellos que producen muchas frutas pero follaje escaso no tienen las hojas necesarias para sombrear la fruta de la luz solar intensa. Los frutos calidos por el sol desarrollan áreas decoloradas, generalmente en la parte superior donde están más expuestos. Las manchas solares se vuelven duras, y luego comienzan a pudrirse. Evite podar demasiado follaje si su jardín recibe luz solar intensa. Proporcionar un poco de sombra por la tarde también puede proteger a las frutas de la cascabel.
Daño causado por el calor
El calor extremo combinado con la luz solar intensa puede causar la caída de la flor. Las plantas de tomate suelen arrojar sus flores sin fructificar cuando las temperaturas se elevan a más de 95 grados Fahrenheit. Las frutas que aún permanecen en la planta generalmente dejan de madurar, aunque se reanudarán una vez que se enfríen las temperaturas. Cubrir con pajote y regar adecuadamente no detendrá la caída de las flores, aunque permitirá que las plantas reanuden la floración y la producción inmediatamente una vez que las temperaturas bajen de los 95 grados.
Plan de proteccion
Los tomates no necesitan fertilizante cuando sufren de daño por el sol o el calor. El fertilizante fuerza un nuevo crecimiento, lo que acentúa aún más una planta ya estresada. La colocación de protección solar cerca de la cama de tomate puede prevenir el sarnazo y otros problemas de sol y calor. Un simple tono hecho estirando una fina tela blanca entre dos estacas todavía permite la luz del sol pero protege los tomates de la luz más intensa.
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