¿Qué es peor para el medio ambiente: las centrales eléctricas de carbón o la gasolina?

La combustión de combustibles fósiles es la principal fuente de dióxido de carbono, superando con creces a otras fuentes, incluida la fabricación y el uso no energético de los combustibles. El petróleo, el gas natural y el carbón representan los principales tipos de combustibles fósiles utilizados por los humanos. De los tres, el uso del petróleo ocupa el primer lugar, explica la Agencia de Protección Ambiental de los EE. UU. Tanto el carbón como la gasolina producen emisiones de gases de efecto invernadero que se han relacionado con el cambio climático. Sin embargo, la combustión de combustibles fósiles también conlleva otros riesgos ambientales. (Ver Referencias 1)

Emisiones de dióxido de carbono

El impacto de las plantas de energía que queman carbón y la gasolina se puede cuantificar. La EPA estima que el vehículo de pasajeros promedio emite 5.1 toneladas métricas de dióxido de carbono equivalentes por año. Las plantas de energía que queman carbón, por otro lado, producen más de 4 millones de toneladas métricas por planta de energía, por año. La producción total de dióxido de carbono de las centrales eléctricas de carbón superó a la gasolina en más del 30 por ciento en 2010. Las emisiones de dióxido de carbono, sin embargo, cuentan solo una parte de la historia. (Ver Referencias 2)

Emisiones de metano

Para determinar qué es peor para el medio ambiente, tenga en cuenta otros contaminantes emitidos por las plantas de energía eléctrica a carbón y el uso de gasolina. Las plantas generadoras de carbón y la combustión de gasolina producen metano y óxido nitroso. La extracción de carbón fue la segunda fuente principal de metano, de acuerdo con el Borrador del Inventario de Gases de Efecto Invernadero de Estados Unidos de 2012. El metano, aunque no es tan abundante como el dióxido de carbono, es unas 20 veces más dañino que el dióxido de carbono en términos de su potencial de calentamiento global. (Ver Referencias 2)

Óxido nitroso

Al igual que el dióxido de carbono y el metano, el óxido nitroso es un poderoso contribuyente al calentamiento global. El óxido nitroso es un precursor del smog, una forma de contaminación del aire que es nociva para la salud humana. La combustión móvil, emisiones de fuentes móviles como vehículos y equipos de construcción, es la segunda fuente principal de este gas de efecto invernadero. Las emisiones de óxido nitroso de la combustión móvil han disminuido un 46 por ciento desde 1990 debido, en parte, a los avances tecnológicos. (Ver Referencias 5)

Otras preocupaciones ambientales

Tanto las centrales eléctricas de carbón como la combustión de gasolina plantean otras preocupaciones medioambientales. Las emisiones en el aire de las centrales eléctricas que queman carbón hacen que estos efectos nocivos sean de mayor alcance. Las plantas de energía emiten otros gases tóxicos como el dióxido de azufre, un importante contribuyente a la lluvia ácida. La lluvia ácida puede contaminar los recursos hídricos y los suelos, lo que lleva a un daño ambiental más amplio. El uso de gasolina conduce a problemas similares. La gasolina y el aceite de motor en las carreteras pueden conducir a la contaminación del agua y del suelo. Si bien tanto las centrales eléctricas que queman carbón como la gasolina causan daños ambientales, la primera tiene potencial para una mejora más rápida debido a las nuevas regulaciones y los continuos avances tecnológicos. (Referencias 6 y 7)

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