Efectos psicológicos de la vivienda pública

Si bien la vivienda pública a menudo es la mejor opción para las personas o familias que requieren asistencia de vivienda, los inquilinos pueden llegar a ser vistos como ciudadanos de segunda clase debido a su necesidad. Ya sea que se trate de una necesidad financiera o médica, la razón para elegir una vivienda pública puede alterar la forma en que los inquilinos se ven a sí mismos. La estructura de la vivienda y las políticas municipales pueden afectar psicológicamente a los inquilinos, muchas de las cuales pueden dejarles en una desventaja adicional.

Exclusión social

Entre algunos inquilinos, la sensación de estar acorralados en la vivienda con otros inquilinos de entornos similares puede hacer que algunos sientan que están siendo excluidos de la sociedad. Este sentimiento se agrava cuando existe un estigma percibido detrás del motivo del inquilino para elegir vivienda pública, como la pobreza.

Superpoblación

Cuando la política de vivienda pública no tiene en cuenta los impactos negativos de demasiados inquilinos, pueden ocurrir situaciones de hacinamiento. De acuerdo con un artículo publicado en el Journal of the American Planning Association en 1996, la evidencia indica que el hacinamiento puede conducir a efectos psicológicos negativos, aunque no hay estándares de política para lo que constituye una instalación de hacinamiento.

Trauma

La delincuencia es más alta en las instalaciones de vivienda pública, especialmente en las principales ciudades, que en muchos otros barrios residenciales. Los inquilinos en instalaciones con delitos violentos activos, o ubicados cerca de vecindarios con tasas de criminalidad más altas, informan casos más altos de ansiedad y depresión. Un inquilino puede encontrar que un traslado a una instalación de vivienda pública diferente o una vivienda privada alivia algunas de sus preocupaciones sobre el delito, pero el proceso es gradual.

Depresión

La depresión y la ansiedad a menudo son más frecuentes entre los residentes de viviendas públicas que en las viviendas privadas. Un estudio publicado por el Centro Nacional de Salud en Vivienda Pública sobre residentes de vivienda pública en Boston mostró que los casos de mala salud mental y ansiedad excesiva eran sustancialmente más altos en los inquilinos de viviendas públicas que en otros residentes. Los graduados universitarios que viven en instalaciones de vivienda pública también informaron más ansiedad que los no graduados.

Comunidad vecina

"No en mi patio trasero", la respuesta de los residentes del vecindario al anuncio de que se construiría una instalación de vivienda pública cerca, es evidencia de que el público se enfoca en los impactos negativos de la vivienda pública en lugar de cualquier beneficio social. Sin embargo, una vez implementada, la vivienda pública causa efectos psicológicos adversos mínimos en la comunidad circundante, y algunos residentes desconocen en gran medida su presencia en el vecindario.

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